Especialista en Cirugia Infantil

Consejos generales

Su hijo será operado…

 

Conceptos que interesan de la Anestesia

¿Qué tipo de anestesia recibirá?

Casi todas las intervenciones en pediatría se llevan a cabo bajo anestesia general. Los anestesiólogos infantiles lo realizamos a diario tanto para cirugías como para procedimientos que en los adultos pueden hacerse despiertos (Tomografías computadas, resonancias magnéticas, exámenes oftalmológicos, etc.).

El ayuno previo

El estómago del niño debe estar vacío en el momento de comenzar la anestesia. Es muy importante respetar la horas de ayuno indicadas antes de la operación.

Ayuno:

Recién nacidos (0 a 30 días)                 3 horas

Lactantes (1 a 12 meses)                     4 horas

De 1 a 6 años                                     6 horas

Mayores de 6 años                              8 horas

Los niños mayores de un año, pueden tomar de 30 a 60 cc de algún líquido claro dulce (jugos, gaseosa sin gas, infusiones o agua) hasta 3 horas antes del momento de la intervención.

¿Cómo comienza la anestesia?

En un lugar especial, antes del quirófano y junto con los papás.

A veces uno de los padres acompaña al paciente dentro del quirófano y hasta que esté dormido.

Iniciamos la anestesia a través de una mascarilla similar a la utilizada para nebulizaciones. La mascarilla tiene una especie de globo en su extremo, que tendrá que inflarse mientras respira por ella. Así, al cabo de 30 a 60 segundos, el paciente comenzará a dormirse. Antes de dormirse por completo, es frecuente que el niño realice movimientos “defensivos” que son subconscientes y de los que no guardará ningún recuerdo.

 

En los niños de más de 30 kg. Utilizamos una inyección intravenosa para iniciar la anestesia. En ese caso, le explicaremos el procedimiento antes de realizarlo. Debe asegurarle a su hijo que nadie le hará nada por sorpresa y sin aviso previo.

¿Quién lo va a cuidar?

El anestesiólogo estará permanentemente al lado de su hijo hasta que termine la anestesia y el niño se recupere completamente. En todos los quirófanos se cuenta con la presencia de un cardiólogo para el monitoreo cardiovascular.

¿Cuánto tiempo dura la anestesia?

La anestesia comienza con la mascarilla y continúa administrándose mientras se realiza el procedimiento quirúrgico. Una vez finalizado, la anestesia también termina y comienza la recuperación.

¿Tiene algún riesgo?

El  riesgo es mínimo en niños sano manejados en ambientes con equipamiento adecuado. Si bien existe riesgo de complicaciones por la anestesia general, en la actualidad éste se ha reducido mucho por la incorporación de tecnología en el monitoreo, la calidad de los medicamentos y drogas anestésicas modernas, la infraestructura del quirófano y la capacitación profesional especializada.

La anestesia pediátrica es predominantemente administrada por vía inhalatoria con gases fluorados. Para esto se utiliza la intubación endotraqueal que permite manejar la oxigenación adecuada durante la cirugía.

No dude en realizar todas las preguntas en la entrevista anestesiológica previa a la cirugía.

A todos los pacientes que son anestesiados se les coloca una aguja plástica en una vena como vía intravenosa de seguridad. Generalmente la retiramos antes de despertarse por completo. 

¿Cuánto  tiempo tardará en despertarse luego de la operación?

Aproximadamente 30 minutos luego de salir de quirófano. Puede estar en brazos de los padres hasta que despierte. Tambien puede moverse con libertad y buscar la posición más cómoda si quiere seguir durmiendo. Algunos pacientes despiertan con excitación que desaparece en 20-30 minutos.

¿Cuándo puede tomar algo?

En las cirugía con internación diurna, los niños pueden tomar sorbos de  líquidos a la hora de finalizada la cirugía. (agua, jugos de fruta, gaseosas claras sin gas o helados de agua).

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Cómo reducir los temores de los chicos ante una cirugía?

No importa lo sencilla que sea la intervención quirúrgica a la que se somete a un chico, especialmente cuando es menor de 8 o 10 años: es lógico que los padres se atemori­cen ante la operación y sobre todo ante la anestesia general.

Es muy importante que el niño reciba mucho apoyo y la mayor sensación de seguridad posible de sus mayores. El niño se guiará por la reacción de ellos antes de asumir su propia actitud. “Si papá está tranquilo, me acompaña y no me va a pasar nada malo”

La operación genera siempre estrés, pero podemos modular el nivel de estrés con una información concreta.

Los especialistas en psicoprofilaxis prequirúrgica, aconsejan como fundamental “el va­lor elaborativo de lo lúdico”. A los chicos que están por ser operados se les ofrece jugar al doctor con su muñeco o dibujar sobre la operación. Enseguida empiezan a expresar todas sus fantasías –que también tenemos los adultos- y a poner en activo lo que su­fren.

Debemos ofrecer información sobre qué harán los médicos y estimular la contención afectiva por parte de los padres y del equipo de salud.

La lista que sigue es una guía para los padres, que los ayuda a aliviar los temores más comunes que pueden experimentar sus hijos cuando van a ser intervenidos qui­rúrgicamente:

1. Temor al abandono: Los padres le contarán a su hijo que lo acompañarán hasta que esté dormido y que estarán a su lado al despertar de la anestesia. No hace falta que le digan que estarán fuera del quirófano durante la intervención.

No es aconsejable que un padre presencie la operación de su hijo.

2. Temor a lo desconocido: El cirujano les informa a los padres sobre los detalles del tratamiento que se le hará al niño, desde la internación hasta el alta. De esa manera tienen datos para explicárselo en palabras sencillas.

Explicaciones según tipo de cirugía. Operación de hernia: “El doctor te va a operar para sacarte ese ‘bultito’ que no es normal, sin hacerte mal”. Ectopía testicular: “Te van a bajar el ‘huevito’ que tenés arriba  (se puede usar el término familiar que pre­fieran) a donde debe estar”. Fimosis: “El médico te va arreglar la piel del pito (o la palabra que utilicen), sin lastimártelo ni sacártelo, para que podamos lavarlo todos los días”.

3. Temor a alejarse de su casa: Para aliviarlo los padres deben asegurarles que vol­verán rápidamente a su hogar. También es muy importante que reafirmen que estarán siempre acompañados por ellos. En las operaciones más frecuentes, el egreso es el mismo día.

4. Temor a ser lastimados en los genitales: Aunque quizás el niño no lo exprese, es un temor habitual. Por eso es importante que entienda que, aunque la operación se hará cerca de sus genitales, éstos no serán dañados.

5. Temor al dolor: Aunque difícil explicarle a un chico sano qué es el dolor, no hay que ocultarle que puede sentirlo. Debe saber que será una molestia tolerable que du­rará pocos días y que se lo ayudará con analgésicos. Los niños suelen tener mayor tolerancia al dolor que los adultos.

6. Temor a la anestesia general: Este miedo suele ser inducido por comentarios que de los propios padres, que le deben explicar a su hijo que saben todo lo que le van a hacer y que estarán junto a él o ella. Es conveniente que los padres reciban toda la información necesaria en la entrevista previa con el anestesiólogo.

7.Temor a sentir dolor durante la cirugía Los pre-adolescentes y adolescentes, no lo expresarán en todos los casos aunque es casi constante este tipo de temor a esta edad. Deberán asegurarle que durante la cirugía estará totalmente dormido, no tendrá sensación alguna.

8. Temor a no despertar. Propio de niños mayores de 8 años y adolescentes. Debe­rán afirmarle que se han tomado, por parte de los padres y de los médicos, todos los recaudos para que la cirugía se realice con un buen margen de seguridad.

9.Temor a la equivocación de los médicos.  Lo expresarán diciendo “y si me ope­ran de otra cosa”…, o “de otro lado”…, “y si me dan demasiada anestesia …” etc .

Para esto es necesario el contacto previo que los médicos y una buena actitud de los padres.

Más allá de los temores previos que se manifiestan en chicos operados el momento del “después” también implica un cuidado particular. El primer día posterior a la intervención es mejor que el niño no sea visitado por mucha gente. Aunque todos los chicos son inquietos, eso no afecta la recuperación postoperatoria; su actividad física se irá regulando espontáneamente y hay que tratar de dosificarles los estímulos que reciben en forma progresiva.

Los padres deben plantear todas sus dudas para poder ayudar mejor a su hijo.